31 de octubre de 2015

Puente entre orillas


Viejo puente de piedra
entre dos ríos
que se juntan en la vega.
Sentada espero
sobre musgos en tu lomo.
El murmullo del agua
invita al sosiego.

Silencio…

Desde este lado de la orilla
laten corazones.
Los oigo.
Sus pulsos laten en el mío.

¡Vida viva!,
arrulla la sangre en las venas.

De la otra orilla nada se sabe.
Quienes en ella habitan
visten recuerdos y cuelgan olvidos.

En medio del viejo puente
he hecho mi nido.
De una orilla vengo,
a la otra, me encamino.


-Verónica Calvo-

-Imagen Tomada de la red-

27 de octubre de 2015

Te lo digo versado



Ah, sí, aquí viene el ego desbordado.
Universo de fuegos de artificio,
envueltos en la nube de silencio, 
que oculta tu oropel monetizado. 

Las palabras andas manipulando.
Atónita y callada lo presencio.
Falsedad, ya caerás. Lo sentencio.
A pulso enemistades te has gestado.

Prender más fuego al debate renace
en ti el ansia protagonista inquieto,
que como marketing, usas y te hace.

Siendo certeza de lo que prometo,
la verdad he dicho mientras me nace,
en mi alma de poeta, este soneto.

-Verónica Calvo-

23 de octubre de 2015

Sea

Hubo un desencanto,
-tal vez dos-,
rompiendo una noche
para instalarse en un verso.

Tras la derrota
vino una esperanza
vestida de vapor añejo.

Porque dentro del alma,
la poesía tiene licencia
y versa añejo luto,
días de lunas
y noches de soles.

Pero vino el cadencioso
rumor de las alas que elevan
y sobrevuelan las borrasca.

Y ahí,
donde el cielo es inmenso,
lleno de dolores y esqueletos,
mil pájaros negros lo surcaron
devorando cada nube densa
que se nutre de las venas.

-Sea así,
dijo entregada a la memoria de hormonas,
a la evidente pleamar donde desborda.
-Sea.
Y agazapada, se camufló, en su propia sombra.

-Verónica Calvo-

-Imagen tomada de la red-

15 de octubre de 2015

Violín


Violín,
elevas mi alma
en tu caricia.

Rompes las cadenas
que me mantienen
y retienen prisionera
de la forma.

Desgarra con tus notas
el filo de esta noche
tan silente y solitaria.

Dame tu poesía
en el oído susurrada.
Seré libre en melodía;
en tu magia, acunada.

                                           -Verónica Calvo-

-Imagen: Marta Dahlig-